Había un río junto a un inmenso prado verde,
bajo el sol de la primavera.
Sin prisa, ni tanta confusión,
los minutos eran una vida entera...
En el silencio de la soledad,
en mis pensamientos escondidos...
Yo te esperaba,
yo te esperaba...
El viento rondando alrededor,
parecía susurrar tu nombre.
Olor a Eucalipto y libertad,
tan sólo me faltabas tú...
Bajo aquel inmenso cielo azul...
Yo te esperaba...
Yo te esperaba...
Vuelve a mí...
que tú eres la mujer,
que yo esperaba...
Vuelve a mí,
que no pude comprender,
lo que hasta hoy me costo tanto aprender...
Yo lo sé, yo lo sé...
tanto tiempo ha pasado ya...
Yo lo sé, yo lo sé...
lo que se marcha no vuelve jamás...
Yo te esperaba...
yo te esperaba...
En mi soledad, tantas cosas tenía para ti,
el tiempo te aparto de mi lado...
Ya no quiero repetirlo,
ya no quiero recordarlo...
En las cosas que hoy vivo,
en todo lo que encuentro,
cada vez estás un poco más...
Y sé, que haga lo que haga,
no se podrá repetir,
serás Tú la mujer,
que yo quise amar...
Quisiera saber,
ahora a donde debo marchar...
Quisiera encontrar,
una mujer que me quisiera amar...
Como tú...
como tú...
Quisiera ya encontrar,
la forma de recuperar,
este vacío que dejaste al partir...
Un inmenso prado verde,
y la cálida primavera,
el aroma de Eucalipto y libertad,
esperaban sólo por ti...
Yo te esperaba...
yo te esperaba...