Callejón sin salida

Es ideal para esconderse un rato del mundo y mear con los ojos cerrados, plácidamente.
Este callejón tiene ojos en la vecina del tercero izquierda, esa arpía de mujer nacida para
el chisme. Todos tenemos una vecina con menos sesos que una gallina, que espía a todo
el vecindario ... Aquel día que me volví como un resorte y le enseñé mi aparatito de mear,
fué el único día que vi cerrarse su ventana, pero la adiviné tras el visillo santiguandosé re-
petidas veces sin dejar de mirar, como queriendo medir a distancia el tamaño de su deseo.
Un nuevo inquilino se ha instalado en el callejón, amontona cartones como colchón, solo
estará a lo más esta noche, mañana la gallina habrá llamado a la policia protestando por
protestar, esgrimiendo su ira, dirá que un mendigo aféa el barrio, que lo barran que para
eso estan. Pero esta noche al menos, yo le traeré cafe caliente y conversaremos hasta el
alba ... Respónde al nombre de Jesús, seguro que de ella saberlo, habría esperado al me-
nos un dia más para crucificarlo.

Gracias por comentarlo querida GUADA, estas en todas,
tu fidelidad a esta casa es asombrosa.
Un abrazo encendido.

Realmente ingenioso este relato con un final que pone broche final al mismo, un placer disfrutar de tus letras, mi abrazo a tu alma.

+Dama+