No hay nada que se compare contigo, a donde vaya, en cualquier cosa que yo busque, no encuentro nada que pueda darme algo de calor, un poco de tu calor.
Cada año que pasa te extraño más, la verdad no sé si te idealizo, pero, en el tiempo que va, me doy cuenta que todo para mí es vacío.
La vanidad, el egoísmo, la confusión, la ignorancia y el miedo, me llevaron a dejar que te alejaras de mí, cuando tu cariño era y es todo lo que necesito para sentirme vivo.
Todo ha perdido su sentido, no se, si será el tiempo perdido o que realmente me doy cuenta de que en el mundo, una mujer como tú, es muy difícil de encontrar.
Como sea, ahora ves, estoy aquí, en la soledad... No me queda más que continuar, porque es lo único que puedo hacer, con la realidad frente a mis ojos, teniendo bien claro que tú, jamás volverás...
Me pregunto que estarás haciendo ahora, si alguna vez estoy en tus pensamientos. Tú, estás en los míos constantemente, a veces cada día.
Lo más valioso y lo único importante para mi vida, era encontrar un cariño como el tuyo, pero estaba ciego entonces, no hice suficiente y estoy pagando lo que me corresponde.
Cuanto quisiera entregarte mi vida entera, cada esfuerzo, cada intento, todo lo que mi cuerpo y mi espíritu sean capaces de conseguir... Y darte todo, completamente todo sólo a ti...
Espero que estés contenta, que nada te haga sufrir, aunque no me recuerdes, aunque ya no sea nada para ti...
Espero que sonrías, aunque quizá, yo nunca te vuelva a ver sonreír...
Siempre, siempre, te voy a querer.